EL CONVENTO MÁS ANTIGUO DE LA ARGENTINA

Por Elena Granillo

El convento de Santo Domingo de la ciudad de La Rioja, en el Norte Argentino se construyó en el año 1623, es el templo más antiguo de Argentina y la única estructura colonial que quedó en pie después del terremoto que azotó a la capital riojana en 1894.

Antes de que la Argentina existiese como tal, antes de que el virreinato del Río de la Plata hubiese sido creado, el Convento de Santo Domingo ya era un centro de oración y evangelización importante para La Rioja.

El Convento, señalado como el más antiguo de la Argentina, cumple este mayo 401 años de historia.

Se trata de un emblema arquitectónico y referencia espiritual para esta provincia occidental.

El templo comenzó a ser ideado en 1603, y con mano de obra de pueblos originarios fue inaugurado el 13 de mayo de 1623, datación identificada en el dintel de la entrada del templo, tallada en madera. Concluido en 1648, se trata de uno de los pocos templos aún en pie del siglo XVII en la Argentina. Al punto que fue declarado Monumento Nacional en 1931, previo incluso a una importante refacción en la década de los 60.

Conociendo el templo

Los viejos muros de calicanto levantados por los nativos junto al marco de algarrobo tallado del portal de entrada son lo único que se mantiene en pie de aquellos primeros años del siglo XVII. Eso es suficiente para ser considerada la iglesia más antigua de la Argentina.
El resto de la estructura sufrió modificaciones a través de las distintas refacciones realizadas. La más importante fue la que reparó los daños causados por el terremoto de 1894.
En lo que antiguamente era la sacristía hay ornamentos sagrados de la época colonial. También una cruz procesional de plata realizada en 1671. Además, un cubremantel de seda bordado, donado por el general Ángel Vicente Peñaloza a la Virgen del Rosario. El militar era un caudillo de estas tierras en épocas de unitarios y federales, el nombre que se le dio a la guerra civil en este país.
La nave de la iglesia más antigua de Argentina es de planta rectangular. Mide tan solo 47 metros y su ancho no alcanza los siete metros. Lo que más sorprende es el gran espesor de sus muros laterales, hechos de piedras y adobe, miden 1,25 metros.
En el sencillo retablo está la imagen de la Virgen de los Naturales (Nuestra Señora del Rosario), junto a la de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los dominicos, y la de San Francisco de Asís.

Reconocido por las piedras en las paredes que caracterizan a su fachada, da cuenta de la importancia religiosa de la Orden de los Predicadores para la zona. El primer misionero llegado hasta estas tierras, a mediados del siglo XVI, era de hecho un dominico, el padre Alonzo Trueno; pero no fue hasta varios años después , luego de ser fundada la ciudad de La Rioja, que los dominicos se asentaron definitivamente. Esta presencia dominica continuó a lo largo de los siglos, con algunas interrupciones y distintas dependencias, hasta el 2019, año en que el obispado local asumió la atención del convento por una reorganización nacional temporal que emprendió desde ese entonces la Orden de los Predicadores.

Así mismo la propia diócesis recuerda que, más allá de que los sacerdotes dominicos siguen cerca y de hecho participan de las celebraciones, los propios fieles laicos dominicos mantienen viva la impronta predicadora inspirada por Santo Domingo.

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